Los bailes en línea se configura como la opción segura para la práctica de baile; espacios bien ventilados, mascarilla, distancia de seguridad, límite de aforo en las clases y por supuesto un proceso previo de vacunación por parte de profesores y alumnos.
Se debe abordar la desescalada de las actividades socioculturales no solamente con medidas preventivas anti convid, si no con una mejora en la estructura del profesorado, garantizando un profesional titulado para realizar las actividades que permitan la calidad en la práctica diaria.
Los confinamientos han cambiado nuestros hábitos de salud físicos y mentales, precisando un cambio de rutinas para la mayoría de la población.
Se han realizados estudios sobre el confinamiento con la vista puesta en las consecuencias positivas y negativas de dichas medidas restrictivas.
El resultado de dichos estudios es que se tiene más tiempo para compartir con la familia, aunque no se debe olvidar por otro lado la falta de socialización , la angustia de contraer el virus y, la pérdida de seres queridos por culpa de la pandemia .
Estas son causas que producen estrés extremo en el individuo , que unido a la prolongación de la situación desde hace un año con sucesivos estados de alarma sanitaria , necesitan ser aliviadas para volver poco a poco a la socialización.
Con la llegada de estas “nuestras primeras esperanzas” puestas en las residencias de mayores, se busca flexibilizar las medidas, y recomenzar actividades potencialmente seguras, ante la bajada de la incidencia acumulada en la población , previamente a alcanzar la deseada inmunidad de grupo-
La práctica en de bailes en línea en espacios bien ventilados con distancia seguridad de 2 metros entre personas , mascarilla y aforo limitado en las clases sería un mirada hacia la normalidad.
La situación se completaría con la administración de las vacunas prevista para adultos mayores, y personal sociosanitario para evitar posibles brotes.
El ritmo de vacunación se realiza escalonadamente, pero se hace necesario dar un paso hacia socialización y la conciencia de grupo que teníamos anteriormente a la pandemia, con cautela y con todas las medidas preventivas, asegurando el inicio de otro capítulo diferente en nuestra vida diaria después de un año de confinamientos perimetrales, controles de aforo y otras medidas cautelares a las que se ha visto sometida la población por culpa de la pandemia-
La desescalada respecto a la situación didáctica se realizaría a través de los repasos en línea de los diferentes registros del Sistema Internacional, añadiendo caribeños y ritmos de sala.


Iniciar es dar el primer paso, a posiblemente a una realidad participativa que en principio , quizás fuera escasa, hasta que la confianza estuviese completamente depositada en la actividad. al igual que lo estaba anteriormente.
Contar con personal y alumnado vacunado ayudaría a reencuentros con personas que como consecuencia de patologías previas, u otros motivos personales , no estuviesen vacunadas.
Desligar el estereotipo de “actividad con riesgo” al baile ( ya que en esta pandemia ha sido sin duda alguna uno de los grandes perjudicados), eliminando todas las posibles variantes, y conociendo de primera mano el estado de la población que va a configurar los grupos sería ir tomando el pulso lentamente a la actividad.
No debemos olvidar, que las vidas que se están perdiendo por causa del covid, no pueden a anestesiar a una sociedad, ansiosa por recuperar la normalidad, y olvidarnos de lo que estamos viviendo, para generar nueva incertidumbre en colectivos como el de adultos mayores que han sido sin duda alguna los que están sufriendo más perdidas en esta pandemia.
Ahora, los pasos siguientes ha de darlos los organismos de salud de la Comunidad y la vacuna a nivel masivo para la población según su rango de edad.
Esta es la propuesta de la esperanza para un futuro con baile , que siempre ha sido una fuente de salud física y psíquica del individuo.